En respuesta a las elevadas tasas de inflación, el Banco Central Europeo (BCE) decidió alejarse de la política monetaria ultralaxa que venía aplicando desde hacía muchos años. Y, aunque las aseguradoras de vida y los proveedores de planes de pensiones para la jubilación esperaban que los tipos de interés cambiasen, es preciso señalar que la subida tiene sus pros y sus contras: por un lado, supone para las empresas una menor presión respecto de las reservas de intereses adicionales; por otro, la mayoría de las inversiones de capital del sector han sido en valores de interés fijo a largo plazo, lo que dará lugar a pasivos ocultos en sus libros.
Además, las aseguradoras de vida tienen que adecuarse a los nuevos requisitos normativos, ya que la Unión Europea (UE) está impulsando un complejo marco regulador en términos de sostenibilidad y la aplicación del Plan de Acción de la UE para las Finanzas Sostenibles ha hecho necesarios importantes ajustes. Esto exige una considerable inversión en recursos, pero también brinda grandes oportunidades, ya que los clientes están cada vez más interesados en soluciones de seguros sostenibles.